Cuando vez a la Luna, la Luna te ve a ti.
Te mira y reconoce tus emociones, deseos, y mareas.
Te observa y reconoce a su hija, porque ella es tu madre
La Luna cree en ti, así como tú crees en ella.
Cuando la vez radiante y llena de vida, ella te mira de igual manera.
Le pides un deseo, del poderte guiar bajo las noches oscuras.
De esas en las que la incertidumbre llenan las calles de tu mente con neblina.
Neblina que al final se alumbra con la misma luz de la Luna.
Entonces retornas tu mirada hacia ella: potente, presente, y poderosa.
¿Pero en qué crees cuando tu la vez?
¿Crees más en ella que en ti?
Si supieras que cuando la vez, te estás viendo a ti misma.
Tus ojos fueron dotados para verla, como a muchos ojos ya en la naturaleza.
Porque los ojos que ven a la Luna son ojos diseñados por ella.
Somos hijos de la Tierra.
Somos la Tierra mirando a la Luna.
Nuestra Madre Tierra es el trono, y los cosmos nuestra corona divina.
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